Como afectan tus emociones a tus decisiones
¿Qué es una emoción?
¿Has visto la película Inside Out o Intensamente en español? Si no la has visto te recomiendo que cuando termines de leer este artículo salgas corriendo a buscarla. Si tienes hijos tienes que verla con ellos. Es una de mis preferidas, a pesar de ser una peli de dibujos animados es una obra que puede ayudarnos a todos grandemente a educarnos frente a nuestras emociones, de lo cual nos falta mucho por aprender y que lamentablemente la educación que hemos tenido no se ha encargado de enseñarnos.
La emoción está relacionada con una serie de acciones puramente biológicas. Su propósito es activar alguno de los 63 neurotransmisores contabilizados hasta el momento (endorfina, serotonina, dopamina, adrenalina, entre otros) y controlar el sistema endocrino, el cual producen hormonas, enzimas y proteínas. Lo cual activa químicos en nuestro cuerpo que nos hacen accionar para básicamente sobrevivir. Las emociones son fugaces, sus efectos en la sangre duran tan solo unos segundos. Son rápidas porque están ahí para ayudarnos en una decisión que requiera salvarnos, huir, pelear o comunicarnos con el otro.
Cada emoción nos indica algo importante y nos lleva a accionar para tres funciones básicas: adaptarnos, socializar y motivarnos. El miedo nos permite defendernos o anticiparnos de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad; mientras que la sorpresa produce sobresalto, asombro, hasta desconcierto. La aversión se expresa mediante el disgusto o el asco, y solemos alejarnos del objeto que nos produce rechazo, entonces nos protegemos; la ira es la rabia, el enojo, el resentimiento, la que posibilita poner límites y es motivadora. La alegría implica diversión, euforia, gratificación. El estar alegre provoca una sensación de bienestar, de seguridad e induce a compartir y relacionarnos. Y por último, la tristeza se puede expresar como pena, soledad, o pesimismo, y permite la introspección y la reflexión.
Primero la emoción, luego el sentimiento
El sentimiento es el resultado de esa secuencia de acciones generadas por las emociones unido a nuestras creencias y lo que conocemos. Cuando la emoción se procesa en el cerebro y la persona es consciente de dicha emoción y del estado de ánimo que le produce, da lugar al sentimiento, por ello el origen de los sentimientos son las emociones definidas y valoradas racionalmente que determinarán nuestro estado de ánimo. Pongamos un ejemplo, recibes un e-mail donde tu jefe te comunica que el próximo sábado debes ir a trabajar. En primer lugar, tal vez experimentas una emoción de ira, te incomodas, pero tras llevarlo a consciencia sobre lo que estas sintiendo, pueden aparecer sentimientos de tristeza porque habías planeado una actividad con tus hijos o bien sentimientos de agrado porque tu jefe confía en ti para terminar un proyecto a tiempo, o bien de enfado porque pudiste hacer eso antes y no tener que ir a trabajar un fin de semana.
Las emociones son universales, quiere decir que todos los seres humanos tenemos el mismo set de emociones desde que nacemos. Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones primarias como el miedo, el enojo o la alegría. Fíjate en un bebe y verás que las emociones son biológicas, ya vienen en nuestra naturaleza desde el nacimiento y después se perfeccionarán con la interacción social. Por esta razón cada quien experimenta cada una de las emociones de forma particular, según sean sus experiencias anteriores, aprendizaje, temperamento, carácter y de la situación concreta.
Las emociones se van haciendo mas complejas gracias al lenguaje. Esto se debe al uso de símbolos, signos y significados, creencias, comunicación y expresión emocional. Tus emociones se activan de dos maneras básicas. La primera es ante un evento en tu entorno. Y la segunda es cuando desde la memoria o pensamiento se detona una emoción que activa un sentimiento. Según el neurocientífico Antonio Damasio “mientras las emociones son acciones biológicas, los sentimientos de esas emociones son las interpretaciones compuestas que provienen del estado del cuerpo durante la emoción”.
Así que como vemos las emociones se dan primero, rápidamente para dar paso al sentimiento. Resultado de las investigaciones y estudios sobre el proceso de las emociones y los sentimientos se ha podido determinar que desde el comienzo del proceso de la emoción hasta que se activa el sentimiento, transcurren unos milisegundos, así que sus repercusiones biológicas se sentirán en el cuerpo aproximadamente entre siete y diez segundos después.
Es importante que entendamos que las emociones no se pueden controlar. Yo no le puedo decir a mi amígdala (la región del cerebro que se encarga de hacernos sentir emociones) –“No actives tal neurotransmisor”. Estos procesos de regulación interna no son controlables o manipulables a voluntad, es como pedirle al corazón que deje de latir, a la sangre que ya no circule o al estómago que detenga la digestión. Desde la infancia se demanda el control de las emociones (no te incomodes, no llores, no te enojes) y al no saber cómo hacerlo las reprimimos. Lo que hemos hecho con resultados terribles ha sido reprimir nuestras emociones. Se ha demostrado la relación entre un mal manejo emocional y la aparición de enfermedades físicas. Las emociones que se reprimen en algún momento salen haciendo daño a nuestro cuerpo físico.
No reaccionas ante una realidad
Lo cierto es que no reaccionamos ante la realidad, sino ante el significado que le conferimos a esa realidad, y en ese caso influyen desde nuestras expectativas, propósitos y necesidades hasta nuestros pensamientos. Por tanto, las emociones no son simplemente reacciones ante el medio sino también ante la valoración que hacemos de lo que nos está sucediendo. Por ejemplo, si estas en una reunión en tu empresa para una toma de decisión en un proyecto importante y uno de los dueños de la empresa se sobresalta, sube la voz y te rebate una idea que tu tenias controlada, tu reacción emocional probablemente sería la sorpresa o la ira. Sin embargo, cuando comienzas a pensar quien es esa persona y tu mente racional se pone a trabajar, puedes reaccionar ya sea con comprensión porque tu harías lo mismo en su caso, o bien con enfado porque pensabas tener todo bajo control o eres muy perfeccionista. Así, si reaccionas con ira, pasivo o receptivo no es una reacción emocional ante lo sucedido sino ante tu interpretación de lo que ha sucedido.
Tomar decisiones sin emoción es imposible
En investigaciones recientes Damasio ha destacado que sin emociones es imposible tomar decisiones, es decir, que en todas las decisiones participa nuestro lado emocional y nuestros sentimientos, y que las decisiones nunca se toman sólo de manera racional. Es por esta razón que el marketing y publicidad utilizan tanto las emociones en sus estrategias para vender y crear productos.
Estudios realizados a personas que han sufrido daños en la parte del cerebro donde se originan las emociones, se bloquean cuando tienen que tomar una decisión, al parecer la lógica no es suficiente para elegir entre opciones afines. Por esto se da la necesidad de pensar críticamente sobre la intención detrás de la emoción antes de emprender cualquier acción y tomar una decisión.
¿Sabes realmente cómo influyen tus sentimientos en tus decisiones? ¿alguna vez has tomado una decisión sin pensarlo y bajo una emoción? A todos nos pasa. Se ha demostrado que el cerebro utiliza un atajo mental que la ciencia ha llamado afecto heurístico, este nos permite tomar decisiones y resolver problemas de forma rápida y eficiente. En este proceso la emoción afecta a la decisión, jugando un papel principal en la toma de decisiones.
Este proceso funciona por debajo de la conciencia y acorta el tiempo de toma de decisiones permitiéndonos tomar acción sin buscar mucha información. Lo que toma nuestro cerebro como referencia es alguna experiencia o conocimiento previo el cual haya sido agradable o desagradable, tomando dicha experiencia para tomar acción en el momento. Por ejemplo, dos mujeres que hayan tenido diferentes experiencias en la preparación de una fiesta, particularmente una tuvo una buena y feliz experiencia y la otra todo lo contrario. En una próxima toma de decisión ante preparar un evento, muy posiblemente la que fue feliz celebrando la fiesta anterior, tome la opción de si volver a organizar otra fiesta, sin embargo la otra que no fue tan dichosa se niegue a organizar un evento.
Entonces como vemos nuestra mente esta programada y predispuesta para tomar las decisiones de manera rápida y utilizando solo una parte de la información. De hecho, muchas veces tomamos decisiones antes de darnos cuenta de que las hemos tomado y seguimos dándole vueltas y vueltas al algo que para nosotros ya tiene un destino: el que nosotros hemos elegido.
Ahora que debes hacer
Ya que hemos visto que:
1. No reaccionas ante una realidad sino ante lo que crees de lo que sucede; y que
2. Siempre hay emociones detrás de una toma de decisión.
Si ya sabemos esto debes tener técnicas para utilizar a la hora de tomar desiciones importantes. Por ejemplo ante una discusión, si tienes que tomar una decisión u opinar sobre algo importante y tienes la posibilidad de hacerlo luego, hazlo. Toma espacio. No siempre es posible detenerse un minuto para analizar el momento presente. Es posible que debas pararte un momento, aclarar la mente, tomar aire y responder con la cabeza más que desde la emoción.
Aléjate, debes relajarte, escuchar que te dicen tus emociones, respira, trata de hacer un ejercicio de respiración. Si las cosas se van de las manos, siempre es mejor tomarse un descanso para que las aguas vuelvan a su cauce y la situación pueda retomarse con serenidad. El ejercicio de contar hasta 10 es muy efectivo, no por nada es recomendado a los niños para calmar sus estado emocionales. Las emociones son fugaces e inevitables, al durar segundos en nuestro organismo es el momento para parar y esperar que pase este tiempo y no ser secuestrado por ellas. En este tiempo puedes caminar, respirar o simplemente no hacer nada y escuchar tus instintos. En mi caso como creyente lo consulto con Dios, mi fuente espiritual.
Los sentimientos y las emociones, influyen mucho más de lo que pensamos en nuestras decisiones. Es por ello tan importante pensar con calma las cosas antes de actuar o decir algo que pueda molestar o afectarnos.
Simplemente observa y espera sin juzgar, esto es, meditar de verdad para permitir que el mundo emocional se equilibre. Cuando las emociones surgen ocupan nuestra atención y capacidad para manipular la información, de modo que no es un buen momento para razonar, pensar, decidir, sopesar, o analizar nada. Reflexiona sobre si una vez finalizado el estímulo que te irrita, el “ataque” que te inquietó, la “palabra” que el otro dijo, o el “vehículo” que se metió, somos nosotros quienes le damos fuerza, sentido, importancia o dolor.
Para finalizar, recuerda que dado que el cerebro tiende por sobrevivencia a la negatividad, te trae y recuerda emociones negativas por doquier, entonces debes utilizar inteligentemente tus recursos, abrazar tus pensamientos positivos y optimistas y abrazar la objetividad para poder tomar decisiones que a largo plazo sean mas inteligentes y te ayuden a vivir mejor. Si te interesa vivir con bienestar, tienes que cultivar conscientemente pensamientos más sabios.
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