Cuando eres responsable socialmente eres inteligente emocionalmente.

1.     ¿Eres alguien que se identifica con el bienestar de las personas?

2.     ¿Te preocupas por hacer intencionalmente acciones por otros? No solo ayuda material, si no contribuir con otros en su vida, con tu comunidad.

3.     ¿Tus acciones aportan positivamente a tu entorno?

4.     ¿Tienes inquietudes sobre mejorar tu entorno? Y cuando hablo de entorno hablo de tu casa, familia, empresa, amigos, todos las personas con que te relacionas, medio ambiente, comunidad, país, el mundo.

 

Los seres humanos somos libres y esa libertad lleva consigo una responsabilidad, hoy mas que nunca el mundo nos grita porque aportemos valor con nuestras vidas, nuestros talentos, potenciales y nuestros propósitos.

 

La responsabilidad es la capacidad que tenemos para dar respuesta ante los compromisos que asumimos en cualquier caso, cumplir con lo que nos toca por el solo hecho de ser beneficiados o correspondidos por alguna cosa. Así que en este sentido entran los valores éticos, morales y cívicos que nos rigen para ser entes que viven en sociedad.

 

El hecho de constituirnos como los primeros y mas alto eslabón de la cadena de los seres vivos, el hecho de tener ese privilegio, el ser mas perfecto de la creación, hecho a imagen y semejanza de nuestro creador solo por eso tenemos la responsabilidad de dar al mundo, con todo lo que incluye, lo mejor que podemos dar para mejorar lo que ya hemos encontrado.

 

La responsabilidad es una actitud altamente apreciada en la sociedad, pues este valor se asocia con la confianza, la solidaridad, la empatía, el trabajo productivo, la excelencia y, sobre todo, el bien común. Una persona responsable socialmente genera confianza e influencia en su entorno, por lo tanto los lideres y personas de influencia son generadores de bienestar para los demás y todo su entorno. Esto también tiene que ver con nuestra consciencia social e inteligencia emocional.  Las habilidades de inteligencia emocional se clasifican en dos grupos, primero están las habilidades intrapersonales, aquellas que tienen que ver con nosotros mismos y segundo están las que se denominan habilidades interpersonales, aquellas que tienen que ver con los demás y el cómo nos relacionamos con nuestro entorno, entre ellas están la empatía, habilidades sociales, las que nos permiten relacionarnos con los demás, por ejemplo la popularidad, la asertividad, la influencia que es lo mismo que liderazgo, las capacidades de negociación entre muchas otras. Al practicar la empatía y el liderazgo, sabemos que el principio de estas habilidades es agregar valor a los demás, esto incluye todo el mundo. Cuando estás emocionalmente sano cuidadas de tu entorno, del bienestar de todo lo que te rodea y estás consciente de que tus acciones deben contribuir a mejorar el lugar donde vives tomando en cuenta a las personas con que te relacionas.  

 

Amo la naturaleza, viene de la forma como me criaron, mis padres eran respetuosos y amantes de la misma, así que me inculcaron estos valores. Tengo una especial relación con las plantas y los animales, esto tiene que ver también con la empatía, cuando eres empático lo eres con cualquier ser vivo como los animales o las plantas.  Yo puedo percibir cuando mis plantas en casa tienen sed o les falta agua, amo cuando florecen para nosotros, agradezco que limpien el aire y que embellezcan mi entorno. Yo les hablo, les canto, les digo cosas lindas, porque ellas me dan todo lo que tienen floreciendo, manteniéndose verde, limpiando mi oxígeno. Así que si este mundo y todo lo que tiene aporta con mi bienestar, como puedo yo permitirme vivir sin aportar. Quiero dejar lo mejor que pueda a este mundo al que le debo tanto. Tengo la responsabilidad de dejar mi mejor semilla, no solo en mi hogar, mi familia, mi esposo y mis hijos en primer lugar, sino en todos los que me relaciono, todo lo que toco, en mis acciones diarias. Quiero ser portadora de bienestar para mi entorno.

 

Los grandes beneficios que obtenemos al ser parte de el bienestar de los demás.

La ciencia nos ha demostrado que el trabajo comunitario, por ejemplo es una de las labores que mayores beneficios brinda a las personas, tanto en el orden físico como emocional. 

 Recientemente leí en un artículo como los miembros de la comunidad japonesa de Okinawa practican lo que se conoce como las Moais, trabajo conjunto que influye de forma significativa en la longevidad de los habitantes de la zona. Las Moais son grupos de apoyo social que se forman para proporcionar asistencia de interés social, financiero, de salud o espiritual en la comunidad. La palabra japonesa Moai significa “reunión con un propósito común”, “conexión” y se originó en Okinawa. El grupo de apoyo social, generalmente, se conforma por los adultos en edad de retiro que siguen practicando su pasión y sentido de vida (Ikigai) aplicando su trabajo en beneficio de la comunidad. De acuerdo con diversos estudios realizados, esta actividad comunitaria es un factor que promueve también la longevidad en los habitantes de Okinawa. Se trata de valor de la ayuda y soporte mutuo en una colectividad.  

 

Hoy en día mas que nunca la sociedad exige las prácticas de beneficio a la colectividad, a través de las Responsabilidad Social Empresarial y todo lo que abarca, cada vez mas el mundo hace conciencia de asumir la responsabilidad en cuanto a dejar un mejor entorno, mejores personas, mejores condiciones y agregar valor en todas las actividades que se hagan como participantes de la sociedad. Realizar actividades económicas pero generando beneficios para el entorno. Así también podemos ver como han aumentado significativamente las nuevas formas de emprendimiento social, sobre todo en las nuevas generaciones, mismas que mueven al mundo a una mejora sostenible y se convierten en agentes de cambio y desarrollo social, y no simplemente en creadores de riqueza monetaria.

 

 

¿Qué es ser una persona socialmente responsable?


Es reconocer y aceptar, de forma madura, consciente y sensible, el compromiso que todos tenemos en nuestra sociedad. Asumir el beneficio que podemos dar, desde nuestra experiencia y habilidades, retribuir a los demás como miembros de la comunidad que, de igual forma, utilizamos recursos comunes.

 

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Al ser responsable socialmente tienes la capacidad para llevar una vida más sana y productiva, con mayor control sobre el cuidado de tu bienestar, y participando en la construcción de una sociedad más justas, solidarias y equitativas. Al ser socialmente responsables el desarrollo del autoconocimiento, empatía, autenticidad, trae con ello una vida emocionalmente estable.

 

Características y valores de personas socialmente responsables

Quien asume el compromiso de ser un ente responsable socialmente, es una persona que cumple sus responsabilidades sociales, la ley, acata las normas de convivencia.

Tiene respeto por los demás y por su entorno.

Tiene la motivación y se preocupa de prepararse y educarse, se ocupa de crecer y superarse, anticiparse a los cambios, se prepara para ser funcional y es proactivo. Transmite su conocimiento con generosidad. 

Cuando una persona es responsable, anticipa los escenarios a los que debe enfrentarse Es empático, practica la empatía no solo con las personas, si no con todos los seres vivos y su entorno.

Cuida el ambiente, una persona que comprende que el ambiente debe ser cuidado, es porque primero ha entendido que los daños ambientales son ocasionados por la acción humana y, por tanto, reconoce su responsabilidad en el resguardo del ambiente para el bien común.

Piensa en las necesidades de los demás sin olvidar la propia.

Una persona socialmente responsable desarrolla la reciprocidad, sabe dar y también recibir. También sabe como ayudar y recibir ayuda.

Acepta reglas y normas sin entrar en conflicto porque sabe que es en busca del bien común.

  

¿Qué gano yo siendo socialmente responsable?

Para algunos, ayudar a los demás debería reportar un beneficio tangible e incluso económico. Lo primero que se me ocurre es colaborar para hacer de éste un mundo mejor, existen razones más prácticas que tienen que ver con una mejor salud física y emocional.

 

Por supuesto, ser socialmente responsable es una vía de dos sentidos. Es importante que para ayudar a los demás, nosotros hayamos cubierto nuestras propias necesidades. Si no estamos psicológica, social y físicamente estables lo que le podemos otorgar a la otra persona estará incompleto. Aun así, se ha comprobado que ayudar a otros es una excelente forma de ayudarnos a nosotros mismos. Mejora la forma en la que nosotros mismo nos vemos. Tiene que ver con nuestra autoestima. Nos sentimos mejor con nosotros mismos. Dicha satisfacción proviene de la certeza de que estamos actuando del modo adecuado. La imagen que cada uno mantiene de sí mismo se vuelve más positiva, al poder considerarse una persona generosa. Nos sentimos más útiles. Saber que somos necesarios, que podemos contribuir al bienestar y la felicidad del otro nos hace sentir importantes y valiosos. Todos los atributos positivos que se desprenden de una actuación solidaria contribuyen a reforzar nuestra autoestima. Por otra parte, científicamente está demostrado que esto hace que seamos  personas más optimistas y positivas.

 

Algo muy importante es que cuando agregamos valor esto despierta nuestra gratitud. Ver otras realidades y poder ver todo lo bueno que tenemos, nos motiva a mantenernos agradecidos. Esto favorece el desarrollo del pensamiento positivo y aleja la queja, evita que nuestra atención quede atrapada en aquello que nos falta. Reconocer y agradecer los aspectos positivos de nuestra existencia nos ayuda a potenciar el optimismo. Actuando en favor de otros abrimos los ojos ante la belleza de la vida y ponemos en práctica la humildad.

 

Cuando colaboramos con otros se reduce el estrés, aumenta la sensación de logro y autorrealización. Se tiene una buena voluntad y es más fácil encontrar paz interior. Ésta es una manera accesible de explorar nuestros intereses y pasiones, desarrollar nuestros talentos y compartirlos, ademas ayuda a encontrar sentido a la vida y a salir de la rutina. Algo muy importante es el hecho que al agregar valor estamos dándonos valor, cuando somos parte del bienestar común, nuestro liderazgo se afianza, crecemos como personas, elevamos nuestro valor en la existencia como seres humanos.

 

Comienza a examinar que estas haciendo hoy para mejorar la vida de los demás. Que estas haciendo para dejar tu mejor semilla en el mundo, para desarrollar tus talentos y potencial contribuyendo con otros. Nacimos para crear, aportar, sumar. Se como un río no como un lago, el río fluye, hace crecer otros ecosistemas. Aporta con tu valor para volverte mas valioso.

Aquí les dejo algunas de las cosas que hago hoy para aportar con mi vida al mundo, me gustaría que compartieras conmigo lo que estas haciendo hoy en los comentarios.

  • Enseño lo que se a otros. Acompaño a las personas en su crecimiento personal y profesional.

  • Predico a mis alumnos sobre la consciencia de ser un ente responsable socialmente.

  • Utilizo combustible natural en mi vehículo.

  • Trato de no comprar botellas plásticas, tengo botellas en casa y todos las usamos siempre al salir.

  • Estoy disminuyendo mis compras de ropa contribuyendo a la reducción de la “moda rápida” y lo que influye en el daño ambiental.

  • Reciclo la basura de casa.

  • No compro desechables no biodegradables (no material de foam)

  • Utilizo detergentes biodegradables.

Déjame tus comentarios de lo que estas haciendo hoy para mejorar al mundo. Si te ha parecido interesante este articulo, compártelo en los botones de la izquierda y ayuda a crecer esta comunidad. Déjame tus comentarios o dime que temas quieres que desarrollemos.

 

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