Resiliencia es reponerse aprovechando la enseñanza
¿Has sufrido situaciones adversas en la vida y tienes la capacidad de reestablecerte, aprovechar lo vivido como aprendizaje y salir fortalecido? Yo, no solo lo he vivido y es en los momentos que más he aprendido en la vida. También lo vi en mi padre. Era un hombre muy creativo y emprendedor. Creó muchas y diferentes oportunidades en los negocios y tuvo sus muy altas y bajas. Sabía como salir fortalecido e iniciaba desde cero nuevamente. Hoy se que a esto se le llama resiliencia. Esta se describe como la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro, en diferentes ocasiones, circunstancias difíciles o traumas que son aprovechados como experiencias de desarrollo.
Este término es muy utilizado en la psicología positiva la cual considera a los problemas como desafíos, que son enfrentados y superados por las personas gracias a la resiliencia. Existen distintas circunstancias que favorecerán o no el desarrollo de la resiliencia en cada persona. Estos pueden darse según la educación, las relaciones familiares, el contexto social, las creencias. En mi caso, crecer con mi padre y ver esa actitud resiliente, me enseñó mucho y mi actitud resiliente fue nutrida con el.
Diferentes autores y profesionales de la conducta humana definen el término en distintos contextos. Por ejemplo el famoso psicoanalista John Bowlby cita la resiliencia como la capacidad de los seres humanos para superar períodos de dolor emocional y situaciones desfavorables, saliendo fortalecido de ellas. Por otra parte Stefan Vanistendael, gran difusor del concepto dice que la resiliencia distingue dos componentes: la resistencia frente a la destrucción, es decir, la capacidad de proteger la propia integridad, bajo presión y, por otra parte, más allá de la resistencia, la capacidad de forjar un comportamiento vital positivo pese a las circunstancias difíciles. Vanistendael (1994).
Todas las personas tenemos la capacidad de sobreponernos a un estímulo adverso, pero el uso decidido y firme de esta capacidad es lo que nos hace realmente resilientes. Por otra parte, existe una serie de elementos que contribuyen o no a que unos tengamos la capacidad de resiliencia más que otros. Mucho tienen que ver los elementos básicos y fundamentales en nuestros propios recursos tales como quiénes somos, nuestra personalidad, nuestro temperamento. Por ejemplo, una persona que es sanguínea o tiene un temperamento alegre y positivo, posiblemente presentará actitud resiliente mucho más que un melancólico.
Otra parte importante, como ya mencione, es la parte externa pero que influye en nosotros, tales como lo que aprendemos, cómo fuimos educados, nuestras creencias. En mi caso por ejemplo, ver la actitud resiliente de mi padre, me enseño que es posible levantarse ante las circunstancias difíciles y que lo más positivo es tomar y aprender en qué fallamos para no repetir de nuevo y mejorar. Además de esto durante mi niñez recibí muchas expresiones de aliento y motivación aún cuando mis resultados no eran lo que yo esperaba, es decir que esto me daba una confianza y una confirmación de apoyo básico.
Debo mencionar que otra de las enseñanza en mi niñez que contribuyeron a mi actitud resiliente fue que mi madre me permitía tomar decisiones propias, permitiendo que yo notara la diferencia entre que pude ganar o aprender ante mis decisiones.
¿Cual es la importancia de tener una actitud resiliente?
En general, ser resiliente ante el fracaso es difícil, puesto que el fracaso produce una emoción desagradable que hace que las personas deseen dejarlo y mirar hacia otro lado. La persistencia requiere vencer esta tendencia a abandonar y caer en estados no deseados.
La resiliencia es un rasgo muy importante que debemos desarrollar en la vida, porque está íntimamente relacionada con el propio desarrollo personal y la superación. Solo mejorarás al fallar, cuando eres capaz de aprender de esas experiencias y seguir adelante, teniendo la suficiente resiliencia o determinación de seguir y no darse por vencido.
Sin resiliencia, tu capacidad de crecer y desarrollarte como persona estará severamente restringida, y limitará la cantidad de éxito, riqueza y felicidad que podrás lograr.
Muchos piensan que tener talento o una gran formación es garantía para alcanzar el éxito. Pero talento y conocimientos sirven de poco, si no se es resiliente.
Resiliencia desde los cimientos
Los especialistas afirman que la resiliencia está vinculada a la autoestima, por lo que es importante trabajar con los niños desde pequeños para que puedan desarrollar sanamente esta capacidad.
El interés sobre la resiliencia se debe a diversos estudios que a lo largo de varias décadas ha demostrado que algunos niños y jóvenes que se han enfrentado a circunstancias extremas o traumáticas no desarrollan problemas mentales, drogadicción o conductas criminales cuando llegan a ser adultos.
Veamos desde cuales puntos las personas resilientes ven las circunstancias:
Identifican la situación: las personas con esta capacidad suelen ser optimistas. Así que ven las situaciones desde diferentes ángulos. Generalmente ponen en contexto dos resultados, resultado A y resultado B. Así que los diferentes resultados ya han sido visualizados y de alguna manera han generado un sentimiento.
Aciertan con sentido: Al tener diferentes puntos de vistas y un sentimiento experimentado, pueden tener diferentes estrategias para ofrecer maneras de interpretar y encauzar los acontecimientos.
Organizan con estrategias: saber hacer el máximo con lo que se tiene a mano. Ver posibilidades donde los demás sólo ven confusión. Ahora bien, la decisión más efectiva es la que se elige sobre la base de unas normas y unas rutinas sólidamente fijadas según sus experiencias.
Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar las situaciones difíciles y estresantes.
Te invito a que comiences a cuestionarte cuan importante es esta capacidad y como respondes tu ante situaciones adversas en tu vida. Háblame sobre tus experiencias y como has superado dichas situaciones.
¿Como forjo mi actitud resiliente?
Lo que aprendí sobre esta resiliencia durante mi niñez, sin saberlo, es hoy lo que me ha permitido poder mantener mi equilibrio emocional ante diferentes situaciones difíciles por las que he pasado. Es importante que a los niños se les guíe durante su primera etapa de vida de forma eficiente, a fin de que desarrollen una forma constructiva de enfrentarse a la vida; que se les motive positivamente para que puedan enfrentarse a las diversas situaciones que pudieran anteponerse en su camino y consigan sobrellevarlas sin sufrir un daño profundo.
La manera ideal para forjar la resiliencia en los niños es brindarles comprensión, optimismo, buen humor, afecto y ayudarlos a aceptarse y confiar en ellos mismos, nuevamente la importancia de la autoestima y el autoconocimiento.
Ya en la vida adulta, fortalecer nuestra resiliencia, se trata de hacernos responsables, tomar acción sobre esto. El camino hacia la resiliencia no es sencillo, y probablemente esté lleno de obstáculos y situaciones de inestabilidad que pueden afectar a nuestro estado emocional.
Es importante saber que la resiliencia no es un rasgo que las personas tienen o no tienen, sino que es una actitud que puede ser aprendida. Es un concepto que incluye una serie de comportamientos, pensamientos y acciones que pueden ser aprendidos y progresivamente desarrollados por cualquier persona que se lo proponga.
1.Conoce tus habilidades
Como ya he mencionado, la autoestima juega un papel muy importante en afrontar el estrés y recuperarse de acontecimientos difíciles. Evalúa habitualmente cuáles son tus fortalezas y logros haciendo un listado de estas para así visualizarlas y tenerlas en cuenta. Busca el recurso gratuito que te ayudara a identificar tus fortalezas.
2. Cultiva tu Autocuidado
Cuando estamos estresados es fácil que no nos cuidemos tanto y dejemos de lado nuestras propias necesidades. Centrarse en seguir desarrollando tu autocuidado es importante, especialmente cuando ha pasado algo negativo. Organizar el tiempo y cuidar de tus propias necesidades son algunas de las actividades que pueden ayudarte a mejorar tu salud en general y tu resiliencia para afrontar los retos de una crisis.
3. Encuentra un sentido y propósito a tu vida
En ocasiones el hecho de enfrentarnos a una tragedia o mal momento, nos motiva a buscar y a encontrar un sentido a nuestra existencia, lo cual es necesario para la recuperación. Esto puede incluir actividades que sean significativas para uno mismo, como el involucrarse más en nuestra comunidad, cultivar nuestra espiritualidad u otras actividades que nos hagan sentir realizados.
4. Se flexible ante los cambios
Ser flexible es un parte muy importante de la resiliencia. Aprendiendo cómo ser más adaptables, estaremos mejor equipados a la hora de responder a una crisis. Mientras algunas personas pueden sentirse perdidos con cambios súbitos y fuertes, los individuos altamente resilientes son capaces de adaptarse y seguir adelante. Es importante que identifiques y pienses en como ha sido tu historia respecto a los cambios. Por ejemplo si siempre viviste en un mismo lugar, o estudiaste en un solo colegio, siempre tuviste los mismos amigos, probablemente tu resistencia al cambio sea más fuerte.
5. Cultiva intencionalmente tu optimismo
Permanecer optimista durante periodos complicados puede ser difícil, pero mantener un punto de vista esperanzador es un punto a favor de la resiliencia. Es importante tener en mente que pensar en positivo no significa ignorar el problema y sólo focalizarnos en soluciones positivas. La mentalidad positiva trata de comprender que los obstáculos son temporales y que uno posee las habilidades para enfrentarse a ellos, y de no tenerlas, las puede adquirir.
6.Desarrolla tu red de apoyo
Tener personas capaces de dar afecto y soporte alrededor de nosotros es un factor de protección en tiempos de crisis. Es importante el tener personas en las que uno pueda confiar, que nos puedan orientar y que nos puedan escuchar activamente. Esto no hará que el problema se vaya instantáneamente, pero es necesario compartir estos sentimientos con alguien, obtener ayuda, recibir retroalimentación positivo y encontrar posibles soluciones conjuntamente.
7.Fijar metas y hacer tus planes de acción
Los momentos de crisis en ocasiones parecen irreparables, pero las personas resilientes son capaces de ver estas situaciones de manera realista, y se fijan objetivos razonables para afrontar el problema.
Cuando te encuentres a ti mismo abrumado por una situación determinada, céntrate en afrontar cada cosa a su momento, de lo más urgente a lo más importante. Junto a tu red de apoyo puedes hacer una lluvia de ideas de las posibles alternativas, y diseñar los pasos a seguir para conseguir estas metas, ese es tu plan de accion. Crea objetivos SMART y dale seguimiento con fechas establecidas.
8.Desarrolla tus habilidades creativas de solucionar problemas
Las personas que pueden sacar diferentes soluciones a un problema serán capaces de afrontarlo mejor que aquellos que no. Cuando te enfrentes a un nuevo reto, haz un listado de algunas de las soluciones potenciales al mismo. No temas a equivocarte, cualquier idea es posible.
Experimenta con diferentes estrategias y céntrate en desarrollar una vía para aquellos problemas más comunes. Practicando tus habilidades de solución creativa estarás mejor preparado para afrontar aquellos retos futuros más difíciles.
9.Toma acción para solucionar el problema
Si te sientas a esperar que pase una dificultad, nunca pasara. Toma acción ante esta, por eso es importante que hagas planes de acción. Comenzar a trabajar en resolver el asunto de manera inmediata será siempre la mejor opción. Puede ser que no haya una solución fácil pero todo problema tiene soluciones posibles.
La clave para resolver una crisis es tener en cuenta los progresos que ya hayas hecho y las diferentes maneras en que se puedan resolver. Debes planificar los pasos siguientes, y así evitar abrumarte por la cantidad de trabajo restante.
La capacidad de resiliencia siempre va a mejorar a medida de seamos intencionales en ello y actuemos en el aquí y ahora. Te invito a que busques mi Workbook sobre Resiliencia en mis recursos gratuitos, diseñado de una forma práctica para que puedas iniciar a trabajar tu resiliencia. Sabes que puedes contar conmigo, siempre estar aquí para ti.