Y fuimos felices…. hoy y ahora

Seria bueno entender el modelo que hemos aprendido del amor perfecto y hacer consciencia de que tan real es el amor verdadero, saber sobre el precio que debemos pagar para lograr construir una relación a largo plazo y efectiva. Muchas de esas creencias aprendidas a través de nuestra historia, cultura y lo que conocemos sobre la vida en pareja, nos impiden ser felices o vivir realidades de una manera mas estable emocionalmente. La idea de que los matrimonios deben ser eternos no importa que. O de que el matrimonio perfecto es el que no tiene problemas o peleas. De que se debe aguantar “de todo” para conservar el matrimonio. O también que no importa si tenemos que sacrificar nuestro bienestar, lo importante es que nadie sepa que estamos mal. Todas estas ideas son aprendidas y seria bueno pensar si realmente es sano mantenerlas en busca del “Amor Eterno”.

 Entiendo que la vida en pareja es un negocio de dos. Un juego en donde dos personas deben poner en proporciones iguales recursos, energías, amor y jugar sus roles, buscando siempre el bienestar primero de uno mismo y luego del otro. El amor no se puede definir, porque definir es limitar y el amor no tiene límites. La perfección no existe, ni siquiera en el amor. Mas que perfección es lograr lo que queremos, lo cual es subjetivo. Pero lo que queremos en equipo, lograr ser mejores cada uno para entonces hacer bien el estar juntos.

Amor es hacernos bien y acompañarnos a crecer. Vivir un amor pleno y verdadero requiere de un trabajo interno previo que puede resultar complicado, porque vamos a tener que desaprender patrones aprendidos y a reaprender nuevas ideas por lo cual tendremos que ser flexibles y empáticos.

No existen medias naranjas, no nos pueden complementar, no somos la vida de nadie ni tenemos que aspirar a serlo. Esto también choca con esos patrones que tenemos. Nadie esta comprometido a “completarnos” nosotros tampoco. Cargar a alguien con ese compromiso lo hace más difícil. Más forzado.

 John Lennon lo describió en su poema “Nos hicieron creer”

“… Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos a la otra mitad. No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta…”

Tu y yo no somos uno, somos dos que se complementan y tienen objetivos similares. Un plan de vida juntos. Si fuéramos uno, entonces uno de los dos se está anulando como persona para satisfacer a la otra parte. La individualidad es importante. Puede que te gusten algunas cosas que a tu pareja no y eso esta bien. Puede que compartan gustos iguales y esta perfecto.  Es muy sano que cada miembro de la pareja tenga su propio espacio y su propia independencia para no perder su identidad. Hay que entender que una pareja son dos personas que comparten conscientemente un espacio común. Si se anula uno por el otro es doloroso y sacrificante. Lo ideal es respetarse mutuamente, disfrutarse y encontrar espacios para compartir.

 

El amor no lo puede todo, a veces necesitas ayuda externa

El amor romántico nos ha hecho creer que “el amor todo lo puede” no importa qué ni bajo cuales circunstancia. Ese poder mágico e irreal del amor ratificará toda relación amorosa, por muy complicada que ésta sea. Vamos a ser realistas, esto suena muy bonito, pero no es real. Una relación que no es sana o que este dañada no se sana solo con amor. Necesita algo mas, en mi caso personal creo que lo espiritual, la fe que tengamos como pareja es primordial, también buscar ayuda con un profesional en mi relación nos ha ayudado grandemente en momentos difíciles que hemos atravesado.

El amor real no es perfecto, aunque nos hayan vendido esta idea tan bonita. Tampoco tiene que ser tan intenso o aquel que no tiene problemas, que no discute, sino aquel que es capaz de solucionar sus diferencias y aprender a lidiar con las que existen.  Un amor saludables te enseña a escuchar las miradas de complicidad, a besar las caricias y a amarrar con fuerza la realidad de ser feliz. El amor necesita de un lugar en el que pueda vivir, necesita de ti para existir, porque si no te amas no podrás amar, necesita de los dos para ser mejor.

 Amar es dar, redescubrir, mirar siempre desde el amor, comunicarse sinceramente, entender empáticamente, respetar la individualidad, entender y darnos a entender. Es saber que puedo vivir sin ti, pero no quiero hacerlo y decidir hacerle bien cada día, con lo que se tiene, no construyendo mundos inciertos con lo que no podrás cargar toda la vida. 

 Román y yo tenemos 25 años juntos, mas de la mitad de mi vida. Hemos tenido muchas altas y bajas. Mas altas sinceramente me siento muy feliz de que nuestra relación exista, de que el este a mi lado, que un hombre como el me haya tocado para compartir mi vida y forjar una familia juntos. El otro día me preguntaba una chica, como logramos esa complicidad y esa relación tan bonita. Entonces le conteste que en realidad lo bonito es una externalización de la combinación que los dos trabajamos. Nuestras personalidades se apoyan, hemos encontrado cómo nuestras fortalezas individuales se combinan para hacernos fuertes juntos. Nuestras debilidades han sido entendidas y puestas a la luz por ambos, lo que nos permite dejarnos ayudar en ellas. Yo he entendido que mi sanguíneo-colérico es perfectamente apaciguado por su melancólico-flemático. Así que creo que ha sido una de las principales razones de esa buena convivencia. Nadie es perfecto, y tu pareja es quien debe acompañarte a crecer y mejorar, inspirarte y motivarte.

 

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Algunas de las herramientas que nos ha funcionado.

En este punto es importante destacar que no todas las medicinas son efectivas para todos los pacientes. Las parejas son diferentes todas, así que no todas las soluciones son efectivas igualmente, esto es lo que a nosotros nos ha funcionado como pareja, lee, toma y deja según tus necesidades y tus conceptos.

 

Comunicar, comunicar y…. comunicar

Darse un espacio de comunicación, utilizando la escucha activa, la asertividad y la pregunta puede resolver situaciones antes y después de darse algún conflicto. Es básico escucharse mutuamente. No juzgar, preguntar, escuchar sin interrumpir y atentamente. No juzgar las emociones ajenas,  “no entiendo porque te sientes así” “no se porque lloras” “eso no es para tanto”. Cada uno siente y procesa de diferentes maneras. Acostumbrarnos a hablar desde el yo “yo me siento…” “yo quiero o a mi me gustaría” en vez de “tu me haces sentir…” “tu no haces que yo crea…” “tu lo haces para fastidiarme”  

Nos decimos si no estamos conformes con alguna decisión tomada por uno y llegamos a acuerdos para poder gestionar dicha decisión.  En ocasiones estas decisiones se revierten se tratan con cuidado para no molestar al otro.  Comunicar lo que sentimos. Hablar de nuestras emociones y sentimientos es sano. En nuestra relación ha sido básico. Yo hablo, digo lo que tengo que decir, respetando los sentimientos de mi pareja. No me callo nada. Pero también pregunto, pregunto y no me quedo con nada. Trato de no imaginar ni suponer. Con regularidad las mujeres hablamos mas que los hombres, es parte de nuestra naturaleza. Pero si no habla yo pregunto. No dejo nada a mi imaginación.

 En este punto a veces entendemos que amor significa que el otro tiene que adivinarnos. Amar a alguien no te permite adivinarlo. Claro, si conoces mucho a alguien podrías intuir que le pasa algo e incluso saber por qué, eso también es empatía. Pero fallamos entendiendo que nuestra pareja debe adivinarnos. Utilicemos el extraordinario recurso de la comunicación. Hagámoslo fácil hablemos o expresemos de alguna manera lo que queremos y como nos sentimos, creo firmemente en que expresar nuestras emociones sana la persona y por ende a la pareja.

 

Aprender a amarse a uno mismo primero

Dar lo que somos, reconociendo nuestro bienestar primero. Respetando nuestros limites. En nuestra relación hemos pasado por el error de generar dependencia emocional en algún tiempo, lo que en ocasiones nos produjo  ansiedad, inseguridad, apego, miedo y sufrimiento. Esta dependencia lo que genera es la necesidad de tener a alguien a nuestro lado para no sentirnos solos y de esta manera, evitar ese miedo e inseguridad que nos produce la soledad si no estuviéramos juntos. 

 Lo primero es aprender a disfrutar de tu propia compañía, aprender a estar acompañados de uno mismo. Cuando amas sin miedo, hay seguridad y confianza en ti mismo. Sientes tranquilidad y no tienes necesidad de usar máscaras, porque tu esencia es la que muestras al mundo. Por otra parte al amarte te cuidas, cuidas tus emociones, tus sentimiento y eres mas feliz contigo mism@. Así que entenderás tus limites y los respetaras. Tu bienestar y felicidad se transmite y tu pareja disfrutará de ese bienestar.

 

Entender en que etapa están

Las parejas pasan por diferentes etapas en su relación. El enamoramiento del inicio no es el amor maduro, el que se logra con el tiempo. Cuando conoces a alguien y te atrae en tu cerebro ocurre todo un festín de reacciones químicas y hormonales. Segregas dopamina, que te da esa sensación de euforia y plenitud. Disminuye la serotonina, con lo cual tienes pensamientos obsesivos con esa persona. Aumenta la testosterona, responsable del deseo sexual. Se activan zonas del cerebro relacionadas con el placer, las mismas zonas que se activan con el consumo de cocaína; por tanto, decir que el amor es una droga no es nada absurdo. También se desactivan las regiones cerebrales relacionadas con el juicio crítico, así que no veras ningún defecto en la relación ni en la persona. Como verás esta primera fase, básicamente está dominada por la química de nuestros cerebros. Esta fase de enamoramiento puede durar unos meses o incluso dos o tres años, máximo. Los niveles de dopamina van disminuyendo conforme va avanzando la etapa de enamoramiento y, por tanto, también disminuye su efecto de euforia y pasión. 

 Entender que con el tiempo estos niveles disminuyen, lo que te ilusionó en el enamoramiento comienza a tener otras realidades, lo cual te desengaña, incluso cosas que antes te gustaban, ya te cansan, pero si existe cuidado, respeto, no caen en la monotonía, ese amor se convierte en amor maduro. Identificar como nuestro cerebro trabaja, nos permite actuar de manera consciente para buscar opciones que  mantengan el amor y la pasión renovados. Si lo que quieres es vivir una vida estable, con una persona, formar una familia a largo plazo entonces tener esta información será importante.

 

Los terceros no son tu pareja

Aprender a vivir en pareja sin que los terceros estén incluidos y puedan perjudicar la relación de dos es fundamental. Las familias primarias, los hijos, los amigos, deben ser parte importante para la pareja, sin embargo no deben incluirse en las relaciones de dos. “El casado casa quiere” dice un dicho popular. Esto significa espacio, privacidad en la toma de decisiones, convivencia. Incluso los hijos deben estar en segundo plano. Cuando te casas o eliges una pareja, debes entender que “tu como persona independiente” eres quien va a convivir y formar un equipo con otra persona que también es “una persona independiente”. El incluir a tu familia o amigos en el convivir diario o frecuente entre ustedes no es sano. Siempre puede influir la opinión de los demás en su relación, lo cual puede herir sentimientos, provocar disgustos y peor aun, provocar que hayan malentendidos entre los demás y uno de ustedes.

 Incluyo a los hijos en esto. En ocasiones las decisiones que tome la pareja van a tener que excluir a los hijos. Reservar momentos de compartir y actividades solos, esto especialmente es importante. Los hijos convivirán menos con los padres al crecer, y si la pareja no cultiva esa relación realizando este tipo de actividades fuera de los hijos con el tiempo es difícil reencontrarse.

 

Perdonar 70 veces 7 o mas

¿Que es lo que nos desilusiona y nos duele?  Muchas veces es que el otro rompe las expectativas que teníamos de ellos, también cuando violentan nuestra confianza. Nadie quiere equivocarse, pero es una realidad de nuestra naturaleza. Todos nos equivocamos en algún momento. Perdonar es un buen ejercicio que no solo permite que la relación camine bien, sino nos permite crecer a los dos.  Perdonar no es aceptar lo inaceptable ni justificar males como maltratos, infidelidades o abusos. No se trata de forzar la realidad y acumular resentimientos, tampoco de olvidar lo que te ha lastimado ya que es imposible olvidar cuando hieren tus sentimientos y es necesario aprender de lo vivido. Perdonar es sobre todo liberarse de los sentimientos negativos y destructivos como el rencor, la rabia, la indignación, que una situación provocada laceró el compromiso de amar, cuidar y respetar del otro. Para aprender a perdonar debemos ser empáticos. Entender que los errores son humanos y que nosotros en algún momento podemos también caer en errores o tomar acciones que hieran o hagan sentir mal al otro. 

 Buscar limar perezas y pedir disculpas son actos que deben darse siempre en las relaciones de pareja. El exceso de protagonismo de nuestro ego, regularmente daña nuestras acciones, no nos permite utilizar nuestra humanidad para vivir de manera armoniosa. Por ello, saber manejar ese ego, facilitaría muchas situaciones dolorosas. Los conflictos siempre van a existir en cualquier tipo de relación, pero, en una relación sana los conflictos se resolverán desde la madurez y el respeto. La relación amorosa  y sana se trabaja día a día, se cuida y se va ajustando a las necesidades de cada uno de los miembros la pareja.

 

 Divertirnos juntos no importa que

Piensa en las sensaciones que tenias cuando eran novios y salían al cine, a la playa, a bailar o realizar actividades que le gusten hacer a ambos. ¿Como te sentías? ¿Cómo te sientes hoy después de un tiempo de casados, si tienen niños y pueden salir a compartir y divertirse sin ellos? Con frecuencia las obligaciones y el tiempo no ayudan a compartir tiempo de diversión juntos. Pero es básico y muy importante encontrar ese tiempo. Sacar el tiempo para divertirse juntos, poder compartir gustos comunes, hablar, reírse, dar rienda suelta a la pasión, consentirse, provocar emociones placenteras en ambos. Una cita semanal a solas es uno de los secretos de parejas que tienen relaciones sanas. Los expertos recomiendan que esas citas a solas sean fuera de la casa para cambiar de ambiente y lograr abstraerse del entorno cotidiano.

 

No criticaros ni compararnos

Las bromas, el humor y los juegos pueden ser parte de la diversión en la pareja. Sin embargo deben tener limites y no convertirse en sarcasmos. La burla y el sarcasmo, además de no hacer bien al que es objeto de ella, suelen enmascarar frustración o resentimiento, con lo cual va a ser un tema problemático en una pareja. Generalmente quien critica, lo hace como una manera de tapar sus defectos. Resaltando cualidades que al otro molesta o criticando no constructivamente, con lo cual genera desagrado y lacera el autoestima del otro.

 

Por otra parte la comparación con otras parejas u otra persona tampoco genera nada positivo en la pareja. Cada pareja tiene sus propias reglas y particularidades, por lo que es más inteligente compararse con uno mismo, con su realidad. Nadie conoce la realidad ajena. Puedes estar viendo un mundo maravilloso en otras personas y la realidad puede que sea otra. Compararse con uno mismo en otro tiempo anterior, fijarse en cómo han evolucionado en la propia relación, en vez de la de otros.

 

Algunos estereotipos en los que no creo

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“Entrega total a la otra persona” sin pensar en mi bienestar, mis deseos, mis limites, mi individualidad.

“Sufrimiento es parte de amar” el amor no hace sufrir. Amor es bienestar. Quien te hace sufrir no te ama.

“Justificar y perdonar todo en nombre del amor”

“Idealización de nuestra pareja”. El o ella no es lo que nosotros queremos que sea, es el o ella y punto.

“Celos como muestra de amor” los celos reflejan inseguridad y desconfianza.

“Doy para recibir”. Cada uno da en función de lo que tiene. Esperar recibir lo mismo es un error. Yo te doy lo que tengo lo que considero que es bueno, el otro tiene su manera de entender lo mismo.

 El amor sostenible en una pareja es aquel que surge de la honestidad entre dos personas que deciden crecer en el ámbito personal, la una al lado de la otra, en una asociación productiva para ambas, mostrando su vulnerabilidad sin miedos, sin complejos, manteniendo siempre un equilibrio respetuoso, cálido y justo. Aquí te dejo una parte de lo que escribió Antoine de Saint-Exupéry sobre el amor en “El Principito”.

—Te amo —dijo el principito…

— Yo también te quiero —dijo la rosa.

—No es lo mismo —respondió él…”Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía… Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes”.

“Amar es desear lo mejor para el otro, aun cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aun cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento. Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por amar”.

 ”Pero es cierto también que esta entrega, este darse, desinteresado, sólo se da en el conocimiento. Sólo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. Y el alma no se indemniza. Y conocerse es justamente saber de ti, de tus alegrías, de tu paz, pero también de tus enfados, de tus luchas, de tu error. Porque el amor trasciende el enfado, la lucha, el error y no es sólo para momentos de alegría”. “Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía”. “Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor es abrir el corazón y dejarse amar”.

—Ya entendí —dijo la rosa.— No lo entiendas, vívelo —agregó el principito.

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